Hace unos días me metí en tu blog, y recordé el mío, cuando yo andaba sola en el corcel blanco, y vos enamorada por ahí- cantaste.
Hoy me metí en tu diario íntimo olvidado, mi Poshita, y me divertí con nuestras charlas transcritas, con las citas, con tus textos de vaudeville. Hace ya 6 años de The winter of our discontent. Y somos las mismas. Tan vos, tan yo, tan tigo y migo.
Florencia, para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero.
No puedo gritar, no sale.
Hacé la mímica, grito yo.
We all bluff in summertimes
"Es como bluffear jugando a las cartas".
Claro, pensé yo. Casi todo es como bluffear nowadays. Pero después alguien dijo que el vino estaba picado y qué va, si todos estamos acá para eso, no? ESO digo, que no es lo mismo que lo de aquellas veces. Entonces se me vino a la mente un secuencia playera con un perro abandonado y me reí un rato largo con el pez, EL pez, que sigue teniendo cejas de pez inevitablemente. Ahora, si yo no conociera bien a cierta gente diría que me parezco a ellos. Pero no. Por suerte no tengo cejas de pez. "Suena el despertador, no lo escucho, me levanto tarde, me baño, me lookeo, elijo un disco y me voy" es como decir "dos pesos son dos pesos" o "una pared es una pared" y mientras analizábamos el asunto y yo lloraba un poco pero casi nada me acordé de una frase que escribió una gran amiga y que dice que los broken hearts son el crimen perfecto porque they can never tell the cops y lo pensé un rato al tiempo que pensaba en eso de elegir los discos a la mañana y me acordé de Susana Igel que siempre me decía que yo no debería estar acá sino explotando mis dedos al óleo pero es que después cuando dejé todo o todo me dejó a mi fue empezar de cero otra vez. Como ahora. No, mejor dicho, como esa vez. Porque ahora no es de cero sino de como cuando tenía 13 o 14 o 15 y todo me daba miedo y después ya no. Y lo mismo pasó con eso que tocaba y lo mismo con todas las personas salvo una que no me dejó creermelo pero eso fue ya hace tiempo oh my gosh. Y ahora igual me voy porque nadie me pidió que me quedara y si lo hubieran hecho tampoco se si me quedaría y es que todos dicen felicidades y qué bueno que viniste pero sabes que no me lo creo ni un poco porque lo que sí me quedó es saber diferenciar cuando te lo dicen así o en serio y -by the way- eso es como gritar en una catedral y que todos digan que no te escuchan. Bluff. Miro a la gente y no la puedo tocar y pienso cosas y no la puedo tocar. Escucho una música y no la puedo tocar. Es eso.
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