domingo

Sábado

La fiesta era en la casa de un dibujante amigo de Tin, una casona, donde en uno de los cuartos habian montado una pista de skate. Una casa particular, con punchi, reggaetón y amigos por todos los rincones: el Pela, Verito, Ary... un lujo.

(elipsis poética?)

me acuerdo que dijiste que escuchara los temas que me ibas a pasar, creo que llegué a escuchar tres y te contesté que me recordaban a los valsecitos dolinescos, cosa que refutaste indignado; mientras lo hacías me acordé del super pancho que habíamos comido cuando salimos de la fiesta, soñé con la casa de mi abuela, con ornela y la titi, se confundió la gravedad con el roce de unos brazos: me estabas pasando a upa del sillón a la cama. Me tapaste y te fuiste a escribir un rato, no estoy segura, pero te vi sentarte al escritorio y tipear al ritmo cansino de siempre, me volví a dormir. Al rato, o no al rato, no hay dimensión del tiempo cuando uno duerme, me abrazaste, no recuerdo si hablamos algo, hace años que hablamos, es lo que solemos hacer. Nos dormimos enroscados hasta el otro día. Me desperté con caricias en el pecho- que ya no me dolía tanto de por cierto-.

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