No me interesa tu Rolls Royce, ni el Walker etiqueta roja que guardás atrás de la heladera para cuando lo amerite. Me dan asco.
Tampoco me desvela tu camisa Dior, los estupidos mocasines de Yvessantlaurent con los que paseás por La Ronda los domingos de marzo, ni el paraguas que compite al satén.
Puedo acostarme a tu lado y que tu sexo no se yerga jamás entre mis muslos, y sentirme la mujer más hermosa y deseada de la ciudad. De todas formas. O disfrutar la cadencia de tu voz al llamarme puta cuando hacemos el amor, y sentirme virginal al despertarme.
Me es indiferente encontrarte o no, tomando un licuado en El petit Café, todas las siestas, con una mujer diistinta. Habla mal de vos, no de mí.
Porque es mi ficción acá puedo ser
fuerte, puta y fina;
vestirte de caballerito inglés sin líbido y delinearte los ojos.
y lo que es mejor:
puedo prescindir de vos
acá.
1 comentario:
ooooychiquitamia!
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